Diario de mi viaje a Polonia
9 de marzo
Soy Susana, profesora de Lengua castellana y Literatura en el CEPA Paracuellos de Jarama, y hoy salgo de Madrid destino Varsovia, con muchas ganas y mucha ilusión, es mi primera movilidad Erasmus+ como profesora, y las nuevas experiencias siempre me inquietan y me animan.
Ya en Varsovia, en la sala de espera
del aeropuerto, me encuentro a mi profesora anfitriona, con una enorme sonrisa y
con algo de prisa…
10 y 11 de marzo
Viajo a Gdansk, a turistear un poco;
viajar, conocer, descubrir lugares, gentes y costumbres nuevos siempre me ha
resultado fascinante, y Gdansk lo es, la “joya del Báltico” la llaman.
12 de marzo
Empieza mi observación en el Centrum Kształcenia Ustawicznego Nr 2 de Varsovia. Es una escuela enorme, para adultos. Conozco a los bibliotecarios, encantadores; al director, sonriente; y a los profesores, que estaban en la sala celebrando el santo de uno de ellos. Hay mucho trasiego, muchas prisas, pocos minutos de asueto. Y así empiezo a participar en algunas clases con algunas profesoras y sus estudiantes: Matemáticas, Literatura polaca… No, no entendí nada, obviamente, no hablo polaco, pero me sentí como en casa al comprobar que profesores, estudiantes, metodología, actitudes,… son, en general, muy similar a los nuestros. Asistí también a una clase de Inglés, aquí sí entendí todo lo que se comentó sobre superhéroes y superheroínas…
13 de marzo
Hoy me dirijo a una escuela de primaria, Primary School Nr. 152, a hacer una presentación en inglés sobre España para estudiantes de 4° curso, tienen unos 11 años. No sé cómo se comportan los niños de 11 años en una clase en una gran ciudad en España, pero imagino que más o menos como aquí; algunos estaban muy atentos, otros no, algunos participaban mucho, otros nada y otros no podían parar de hablar cuando no era el momento adecuado para ello. Y eso que entre clase y clase de 45 minutos tienen 10 o 15 de descanso…
La siguiente actividad para el día de hoy era visitar la ciudad acompañada de dos estudiantes de la escuela de adultos, pero no pudieron hacerlo y me aventuré a conocer Varsovia yo solita. En la ciudad vieja siento que he entrado en la máquina del tiempo y he viajado unos cuantos siglos al pasado, sé que es una reconstrucción del siglo XX tras su destrucción en la Segunda Guerra Mundial, pero aun así, es bellísima.
Esta ciudad me sorprende, había escuchado, no sé por qué, que no era especialmente bonita, pero a mí sí me lo parece, y, sobre todo, muy vivible, mucha gente va y viene, pero siento que hay espacio para todos, algo que les falta a muchas grandes ciudades y que considero muy importante para una buena y fluida vida urbana.
Llueve. Llego
al instituto para encontrarme con el profesor de inglés con quién he quedado para
asistir a sus clases, asisto a dos de ellas. Sus estudiantes me preguntan
curiosidades sobre España, su historia y su cultura. Las preguntas son
extremadamente interesantes; me preguntan si existen en España algunos temas
tabúes de los que la gente evita hablar, si España es un país muy religioso o si
la Inquisición fue algo esperado en España, esta última me deja boquiabierta.
15 de marzo
Hoy toca
empaparse de Varsovia. Me fascina viajar, y sentirme turista, pero no una
turista al uso, me gusta conocer esos lugares peculiares, alejados e incluso
vacíos que tienen que ver con la intrahistoria de la que hablara Unamuno. Y así
aparezco en un museo de carteles, el Plakatum Muzeum, en el que
sorprendentemente exhiben una muestra de carteles sobre México, algunos creados
por artistas polacos y que presentan algunas películas de Buñuel. Llego también
al Fotoplastikón de Varsovia, un teatro estereoscópico basado en el sistema
Kaiserpanorama de imágenes estereoscópicas giratorias. Y acabo el día de la
mejor manera posible; en el cine, en el Festival de cine español de Varsovia,
viendo una de las pelis ganadora de los Premios Goya, con razón, “Carmen y Lola”.
16 de marzo
Último día de movilidad y último día en Varsovia. Me dirijo al instituto, me encuentro allí con algunos profesores y almorzamos rápidamente, como suelen hacer ellos cada día. Participo en mis últimas clases, esta vez de inglés, algunos alumnos me preguntan sobre costumbres españolas como las corridas de toros y el topless en las playas…
Me dispongo a
hacer el papeleo necesario para cerrar la observación y otra vez siento que algunos
profesores en Polonia viven su vida en una constante prisa en la que no hay
mucho tiempo para mí, esto me disgusta, pero no empaña la gran experiencia que
me ha supuesto realizar esta observación en esta ciudad. Si yo tuviera que
tener dos trabajos distintos como docente para poder sobrevivir, no creo que
pudiera hacerlo mejor que ellos…